CANCION DE MUCHACHO (1971) y SANSUEÑA (1979) Eduardo Darnauchans
Me tocó conocer a Darnauchans en la casa de un amigo que tenía 4 hermanas mayores. En un cassette de 90 habían grabado Canción de Muchacho de un lado y Sansueña del otro. Lo escuchaban mil veces, en forma obsesiva, por aquel entonces el Darno generaba calentura en las muchachas.
Hablamos de un artista que no incursionó demasiado en ritmos locales más allá de alguna milonga disfrazada de otra cosa. No ha usado para sus canciones ni el candombe ni la murga ni los ritmos folclóricos que si usaron por ejemplo, sus coterráneos tacuaremboenses. No domina ningún instrumento por lo que su música dependerá en gran parte de sus acompañantes. En estos dos discos y el que editó entre ellos (Las quemas) la casi totalidad de las letras pertenecen a otros autores como Washington Benavides o Víctor Cunha. A nivel compositivo evidentemente se trataba de alguien de gran talento para crear melodías. En cuanto a lo interpretativo, su timbre de voz y la forma de colocarla (la voz), el vibrato corto a la francesa y demás señas particulares lo convirtieron en un cantor que desde sus inicios llamaba la atención. Por otra parte, el personaje conflictuado que elegía el suicidio como tema principal de varias de sus canciones, y los propios intentos que llegó a perpetrar (en un país donde todo se sabe), lo llevaron a ser la oscura leyenda, que durante mucho tiempo fue el Darno. Es que, además de todo eso, tenía prohibido actuar en vivo, ni siquiera censura previa de por medio. Un misterio absoluto, Sansueña había tenido una repercusión importante para la época, pero al tipo no se lo podía ver en vivo.
Uno de los grandes motivos por el cual Sansueña lanzó a Darnauchans a cierto nivel de éxito, fue su sociedad con Jorge Galemire, quien arregló casi todas las canciones y tocó casi todos los instrumentos. Ya hablaremos de este muchacho cuando reseñemos sus ignorados discos Presentación y Segundos afuera, pero también tendremos que referirnos a él cuando hablemos de Siempre son las 4 de Roos y alguna cosa mas.. La increíble y triste historia de un olvidado o poco recordado músico que fue parte importante en el lanzamiento a la fama nada menos que de Darnauchans y Roos.
Quién sabe lo que sentí cuando escuché Final por primera vez. Y Cápsulas. Y Ni siquiera las flores. Y Canción de Muchacho. Y Cecilia, la cual saqué en la guitarra porque era fácil de tocar y le rompía las pelotas a todo el mundo cantándola en los cumpleaños. Puede que haya sido el único músico uruguayo del que fui algo así como un fan durante mis años mozos.
“No te mates nunca!!” Le gritaron desde la tribuna la primera vez que lo vi en vivo. Pero para ese entonces ya estaba cantando las canciones de Zurcidor, disco al cual me referiré próximamente.
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